sábado, 28 de noviembre de 2009
Si lees esto; ojalá lo hagas, recuerda que te quiero. Pero tanto como te quiero sufro porque no me correspondes. Acepto la realidad... No soy ni yo para ti ni tú para mí, y estaría destinado a mirarte siempre sin poder tocarte, a mirar cómo te besa quien de verdad te tiene. Es por eso que no puedo estar a tu lado, porque me destrozaría... Pero eliminar a alguien de mi vida, como si hubiera muerto, es horrible... Por eso, si tú quieres hablar conmigo, fuera de presiones, fuera de condicionamientos, puedes hacerlo, puedes llamarme. Pero, si nada cambia en tu corazón jamás volveremos a estar juntos como antes. Y ya sólo quedarían tus llamadas, que nos recordarían, a los dos, lo felices que fuimos, a mí; también, lo mal que lo pasé.
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Y aprendiste de ello, ¿cierto?
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