lunes, 16 de abril de 2012

Demonio en primavera

El sosiego me lo quita
incansable
el Azazel de mi frente.

¡Llegó la primavera!
Ya se abren los capullos
y en mi pecho se cierran
todas las esperanzas.
Ya se esparcen con el viento
mis penurias
y mis males.
¡Llegó la primavera! ¡Vamos a cortar la floresta entera de mi alma para plantarla afuera!

jueves, 12 de abril de 2012

¿Qué temer en la noche lluviosa?
Aahhh, ¡nada mal!
¿Ves? Puedo descansar tranquilo.
La lluvia lava mis penares.
Ya no lucen tan fatales.
Eran solo la sombra agigantada
de un gatito asustado.
Mira atrás, ¿no lo ves? ¡No eran ni fatales ni penares!
Pero bueno, no importa. Da igual que no lo veas. Es un gatito asustado de todos modos.

Vas a llegar muy lejos, chico

¡Vamos! Me gustaría ir al pasado
y decirme
y decirle a ese tierno niño de ojos redondos y negros
que llegará lejos. Chico, vas a llegar lejos.
¿No te lo dijeron nunca? Bueno, ¡mírame!
Yo soy tú. ¿No lo ves? Chico, vas a llegar lejos.
Deja a un lado todo lo demás
y siente mi presencia. ¿No la sientes?
Dame un abrazo, vamos. Yo soy tú. ¿Qué temes? Tú nunca serás malo. La bondad siempre ha imperado dentro de tu pecho.
No soy papá: tal vez sea mejor. Tampoco soy mamá: tal vez sea mejor. No soy tu tía, ni tu abuelo, ni tu abuela. No soy tu hermana. Tampoco soy el hermano que nunca tuviste: tal vez sea mejor. Vamos, abrázame como abrazarías a tu padre. ¿Ves? Soy como tu padre, o tal vez sea mejor. Porque yo soy tú. Yo te cuidaré cuando nadie más lo haga. Lo sé porque ya lo he vivido. Porque yo soy tú. Y una mano me arrullaba
cuando todo estaba obscuro.
Yo me extiendo al pasado
y me extiendo al futuro
yo abarco todas las eras
y ya me he tragado novecientas mil quinientas veintiséis nebulosas.
¿Ves? Yo soy tú. Secaré tus lágrimas. Pero ahora sé feliz. Porque vendrán los tiempos malos. De todos modos no hace falta que ese sea tu motivo para ser feliz: solo sé feliz porque te lo dicta un pulso de bondad
dentro de tu pecho puro. De todos modos, eso has hecho, ¿no? Yo soy tú. Eso has hecho. O eso harás, según como se mire. Yo lo sé.
Ahora solo piensa que vas a llegar lejos. ¡Será así! Chaval, vas a llegar lejos. No tengas miedo, mi niño. Vas a triunfar. Vas a ser grande. Algún día vas a ser grande. ¡Yo lo he visto! ¡Yo lo sé! Yo soy tú, ¿no te lo he dicho ya?
Vas a ser grande, chico. Vas a llegar muy lejos, mi niño. Cierra los ojos y descansa. Ya es de noche y las estrellas ya tienen otros asuntos que hacer. Cuando te hayas dormido me iré. Pero siempre estaré, porque yo soy tú. ¿No te lo he dicho ya? Cierra los ojos. Descansa. Yo ocupo todas las eras. Yo lo sé todo. Yo soy tú. Ahora duerme. Sé que no entiendes nada. Pero vas a llegar muy lejos, chico.

No soy mago, pero soy luchador.

El rayo entraba
quemando las persianas
de madera.
Afuera, el Sol vomitaba
un infierno vivo.
Pero dentro estaba oscuro.
En esa matriz infernal
aprendí a tenerle miedo al futuro.
Yo no puedo hacer magia,
y como no puedo extirparme
el blasón que el verano imprimió en mi piel
solo me queda pelear un rato más
contra mis demonios, para que me lo oculten
a zarpazos.

Siempre seguirá ahí, ¿no? Bajo todos los tajos.
Pero antes de estar en la matriz infernal, por donde entra el calor del verano enfermo quemando las persianas de madera, ¿quién me lo preguntó? ¿Acaso alguien me pidió opinión sobre si quería vivir o no? Supongo que si me lo hubiesen preguntado habría respondido que sí, ¿cómo no? La vida se le pega a uno detrás de los párpados desde el primer segundo en que vivimos. Y jamás queremos dejarla... hasta que aparece el dolor. Pero es curioso cómo en la pulsión mortífera subyace inocentemente el deseo de vivir. El deseo desesperado de ser feliz, aunque eso conlleve no vivir. A veces la felicidad reside en el no vivir, en la no conciencia, porque al fin y al cabo hay un tipo de felicidad que es la felicidad que brota cuando el horror está ausente. Pero sin embargo bajo la pulsión de muerte absoluta hay una fuerza muy potente que impide que esta se expanda. La fuerza del superyo, que impera sobre todo y aleja al dolor con dolor. No hay magia. Solo esfuerzo. No soy mago, pero soy luchador.

lunes, 2 de abril de 2012

No hay nada como el tañido de una guitarra para escuchar lo que el hombre no puede decir.

Incertidumbre

Tengo el alma mala
del correr del tiempo.
No quiere descansar
para siempre.

Tengo el alma mala
del correr del tiempo.
Tan mala está
que quiere descansar
para siempre.

domingo, 1 de abril de 2012

¿Qué vale el no tocado
Tesoro, si corrompe el dulce sueño,
Si estrecha el ñudo dado,
Si mas enturbia el ceño,
Y si deja en la riqueza pobre al dueño?

(Fray Luis de León, fragmento de ''A Felipe Ruíz, de la avaricia'').

Vivir quiero conmigo.

Fray Luis de León. (Fragmento del primer poema del Libro Primero).
El hogar no es donde dejo el sombrero. El hogar es mi sanatorio.
...y ahora me voy a ir a bogar
por mareas de hiel tórrida
a ver si los vientos me arrullan.