martes, 31 de enero de 2012

—¿Es tan triste, papá? ¿Lo ves así? —y del tierno ojo marrón de la niña escapó una lágrima, embadurnando su moflete terso, levemente rojizo—. ¿Se hace más grande el miedo a morirme cuanto más soy feliz viviendo?

sábado, 28 de enero de 2012

Si ahora pudiera borrarlo todo...
''Cáncer, si te encuentras a la interperie bajo una intensa nevada, levanta la vista al cielo en lo más oscuro de la noche y busca a tu regente, la Luna. Recortada contra el cielo de color azul marino y rodeada por un millar de estrellas temblorosas que resplandecen como diamantes, la Luna aparecerá en toda su majestad, sobre todo si muestra una cara redonda y llena. Como leal compañera de la Tierra, además de su álter ego, la luna no posee luz propia, sino que refleja la luz del Sol con un brillo deslumbrante. Bajo la luz de la Luna, el paisaje parece más mágico de los que jamás puede parecer durante el el día''.

Fuente: www.astrologiaonline.org

Hay asuntos que se solucionan por sí solos.

La razón

La razón ilumina mi rostro cuando estoy perdido.
La razón sacude todo lo que hay a su alrededor, disipa toda duda, ilumina las sombras de la ignorancia.
Con razón me muevo, con razón existo, la razón hace que no sea tan sólo un puñado de química.
Mi razón vence cualquier problema, porque con razón me muevo, cada paso dado es un paso ya recorrido; aprendo, observo, analizo: con razón vivo.

Tiempo

No me gusta oír correr las manecillas de un despertador estando en una casa que no es la mía.
Primero abro los ojos, luego oigo ese sonido.
Recuerdo que a cada latido de reloj, mi alma daba un vuelco.
Eran malos tiempos.
Ahora sucede algo parecido, sólo que las manecillas de ese despertador ya no suenan. Quiero que corran, pero se han quedado paralizadas. También mi corazón está paralizado, sin latir, esperando a que vuelvas.
¿No pueden pararse las manecillas del reloj cuando te tengo, y latir con fuerza cuando no estás? 

jueves, 26 de enero de 2012

Alma - Mägo de Oz

Sé bien que he de librar una batalla más, que mañana otra habrá.

Abram - La esperanza

Cuando caminé desorientado bajo la tormenta,
cuando luché solo sin más armas que la tinta,
cuando todo el odio se apoyaba en mi balanza,
cuando nada me ayudaba, conservé mi esperanza.

martes, 24 de enero de 2012

Abram - Caen del cielo

Otro naufragio mental: puede que ya no salga a flote, de todos modos os pienso impregnar con chapapote.

Abram - Caen del cielo

(...) ya tenemos bastante con seguir hacia delante sin perder el equilibrio; estuve pensando, la solución es el SUICIDIO COLECTIVO.

Abram - Caen del cielo

Soy aquél al que la vida trató mal y plantó cara, soy ése que resucita en medio de una arcada.

jueves, 19 de enero de 2012

"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca".

Immanuel Kant.
La noche es profunda,
y me ahogo en sus cielos obscuros;
cada una de las brillantes damas
de la bóveda eterna
se me clavan y me queman por dentro;
y enmudecida mi alma
grita por que la aboguen.

El cosmos intercede
llevando como las olas
mis lágrimas invisibles.
Y una risa se oye en algún rincón
de una galaxia.
¿Puedes oírla? Cierra mis heridas...

Es profunda la noche y hondas son sus mareas.
El flautista de Hamelin usó la música para expulsar a las ratas de la ciudad. Yo uso la música para expulsar a mis demonios personales de mi mente.

Usa la música para calmar una mente enferma.

(...) la ciudad nunca duerme, por tener la obligación de aguantarme y el agujero donde meterme.

Violadores del Verso - La ciudad nunca duerme

miércoles, 18 de enero de 2012

Vuelo hasta una mancha en la pared; me vuelvo ajeno a todo y me sobran hasta mis propios pies.

Extremoduro - Pedrá

Al mundo de mierda

Mira... No sé. Soy feliz a veces. Otras no. En circunstancias como éstas en que me embarga la ansiedad y se agita la sombra en mi vientre, no quiero saber nada de ''lo de fuera''. Porque pienso que, al fin y al cabo, ¿qué soy yo? Bueno, sí, tengo amigos, hay gente que me quiere, todo eso está muy bien. Pero, ¿qué soy yo? En circunstancias como ésta, pienso que no represento nada para el mundo. Al fin y al cabo, tras mi muerte, ¿alguien se acordará de mí? Sí, es cierto, mi familia, mis amigos, ellos se acordarán. Lo sé. No lo dudo. Lamentaran mi pérdida. Pero... Ya está. El tiempo me tragará. Nadie nunca leerá mis escritos cuando ya haya muerto. Nadie observará mi filosofía. Eso no me gusta. Me hace sentirme un grano de arena en medio de un desierto frío y extraño. Ante este tipo de cosas, y en circunstancias como ésta, me gusta darle la vuelta a la tortilla: es el mundo, es todo lo que está fuera de mí un grano de arena, y soy yo un desierto frío y extraño. Y tan frío... Dentro de mí se arremolinan las arenas y soplan vientos gélidos. Y dentro de mí no vive nada. Sólo la pena. Pero el caso es que soy un desierto ancho y extenso, y aunque no lo parezca por lo desolado, me puedo sumergir en mí mismo y encontrar mil glorias entre las arenas. Al fin y al cabo no se está tan helado si uno se sumerge de lleno en ellas. Ahí encuentro compañía. Es un hogar donde me puedo guarecer. Y sólo importo yo, el mundo; el mundo, que no tiene que ver conmigo y que me hace daño haciéndome creer un grano de arena, queda ya lejos de mí.

Y a todo ésto, ¿por qué necesito guarecerme del mundo, y hacer de él un grano de arena, y hacer de mí un desierto frío...? Es por la ansiedad que puebla mi pecho, que aflora como la sangre amarga de la tierra enferma ante cualquier rasguño, e incluso ante cualquier roce superficial.

He aprendido a estar solo, a llorar sin molestar, y a cagarme en los calzones y a dudar.

Extremoduro - Pedrá
-No tienes que preocuparte por nada -me digo a mí mismo en medio de la vastedad de la jungla negra donde descansa mi mente.
Pero la pantera sigue mirándome fijamente, con sus ojos rojizos, brillantes como la sangre de la tierra enferma.

martes, 17 de enero de 2012

Soy un ente atormentado,
un vagabundo de entrañas roídas
que va buscando cariño,
con un palo en la derecha
y en la izquierda un saco
donde guardo el corazón,
que de tantos viejos males
de mi pecho se salió.

domingo, 8 de enero de 2012

Son mis retoños
los poemas que escribo
y me cantan años después
los cantos que he olvidado.
En este espacio siento un vacío lleno de espadas
y sus brillos me confunden
y sus hojas se me clavan.

sábado, 7 de enero de 2012

En medio de la quietud nocturna de la playa, se bajó los pantalones vaqueros junto con los calzoncillos. De cara a la marea, con la brisa despeinando su pelo y refrescando su cara, agarró su pene y expelió el fluido amarillento. El dulce sonido de la orina chocando contra la arena fue un añadido que, junto al vaciado constante de la vejiga, lo hizo sonreir por primera vez en la semana. Había hecho bien en tomarse unas vacaciones por adelantado.