jueves, 11 de octubre de 2012

Las madrugadas de un viernes, o un sábado, de cine.

Me gusta recorrer las calles de madrugada en un viernes, o un sábado, mejor, de cine. Hay cierta melancolía, pero yo no sé por qué, a lo mejor por el pasado, por alguna chica, o por cualquier cosa.
En el cine el mundo se abre y se cierra al mismo tiempo, y en la oscuridad es distinto, mejor. La ciudad se siente más ciudad en algunos sitios, y le grita con su luz al centro del universo oscuro.
Mientras tanto la melancolía sigue tocando sus cuerdas y se repite infinita la misma canción.
A lo mejor la melancolía aparece por lo que pudo ser y no fue, o por lo que podrá ser y no será, o por lo que no es y puede ser. Tal vez si puede ser y no es, es finalmente. Pero solo en las madrugadas de un viernes, o un sábado, mejor, de cine.