¿Dónde estáis? Hace un rato estábais ahí... Recorro los pasillos. Perderé el avión... No estáis en la sala de abajo. Me pregunto para qué servirá ese agujero en el techo, que se ve también desde el suelo del piso de arriba. Dudo que sea para saltar y bajar más rápido. La sala está llena de viejos. Me miran.
Después de tanta agitación me informan de que la sala de ocio ha cambiado, y la localizo. Ahí están todos jugando al ajedrez y otros juegos de mesa. Pero ellos dos quieren salir. Quieren bajar la cuesta. ¡Creen que fuera está el paraíso! ¡Esperad! ¡No es así!
Demasiado tarde. Bajan derrapando. Ya en el pie de la loma despiertan de entre las sábanas de lo que ellos llaman realidad. Se las quitan de encima, satisfechos. Apartan el suelo, la tierra. Es una sábana, sólo eso. Pero el mundo sigue siendo igual. Uno de ellos cae por otra cuesta y vuelve a subir apresuradamente. Ha visto un mapache y huye de él. Cae al otro lado de la cuesta y le sucede lo mismo con otro mapache. Le persiguen.
Pero la cosa empeora. Un águila real los atrapa a ambos entre sus garras y se los lleva volando... Les dije que no se fueran...
No hay comentarios:
Publicar un comentario