lunes, 3 de diciembre de 2012

El saber sí ocupa espacio.

Tanto en las estanterías, como en el cerebro: como un disco duro, tenemos una capacidad determinada para almacenar datos. Además, la memoria juega malas pasadas y nos olvidamos de más cosas de lo que nos parece.

Una buena forma de alcanzar la sabiduría es cuestionárselo todo.

Porque el cuestionarse las cosas nos lleva a las verdades: podemos verificar que tal cosa es como decían, mediante la lógica, o que tal otra no es de esa manera, por lo que buscaremos otros caminos.