sábado, 14 de noviembre de 2009

Cállate

Sal de mi cabeza y llévate tus recuerdos
de cuando yo creía que eramos uno.
Desaparece, esfúmate, lárgate. Déjame.
Lo borraré todo, y cuando un día aparezcas ante mis ojos
sólo tendrás indiferencia
aunque en el horizonte vea haces de luz imaginarios, inexsistentes,
que un día en el pasado irradiabas. ¡Y que un día en el pasado yo miraba!
Ahora cállate. No voy a volver. Nunca. Hazlo tú si es que me aprecias.
Matar un recuerdo siempre es así. Cuando me des igual nunca querré volver. Porque no quiero sufrir otra vez. El tiempo pasa y cierra todas las heridas, sin embargo las heridas siguen ahí, esperando volver a abrirse. Por eso ven tú, yo no iré, no te buscaré. Nunca más iré detrás de ti. Hazlo tú si es que me quieres.
Ahora cállate de una vez. Y sal de mi cabeza con todos tus amargos recuerdos.

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