miércoles, 9 de diciembre de 2009

La realidad

Si sólo cuando sufro o cuando amo es cuando escribo
quisiera parar el tiempo.

Vivo más de las fantasías que de la realidad. Pero no me gusta la realidad. Es tan amarga que ni siquiera tengo ganas de vivir. ¿Qué otra cosa podría hacer? No es que no sea realista, no. Es que lo soy demasiado.

Por eso siempre llevo la cabeza en las nubes, que allí hay menos mierda y escoria. Pero de tanto pensar me estoy destruyendo. De tanto construir palacios que pueden flotar en el aire. ¿Quieres ser la princesa que mire por el balcón cada vez que cabalgue hacia el palacio? ¿Quieres esperarme, y cerrar mis heridas cada vez que me las vuelva a abrir?

Si así es; es realmente amor.

Pero
quisiera parar el tiempo. Y no puedo.

No acepto el devenir... La realidad no me gusta... Me destruyo a mí mismo. ¿O es la realidad la que lo hace?

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