¿Qué temer en la noche lluviosa?
Aahhh, ¡nada mal!
¿Ves? Puedo descansar tranquilo.
La lluvia lava mis penares.
Ya no lucen tan fatales.
Eran solo la sombra agigantada
de un gatito asustado.
Mira atrás, ¿no lo ves? ¡No eran ni fatales ni penares!
Pero bueno, no importa. Da igual que no lo veas. Es un gatito asustado de todos modos.
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