El sosiego me lo quita
incansable
el Azazel de mi frente.
¡Llegó la primavera!
Ya se abren los capullos
y en mi pecho se cierran
todas las esperanzas.
Ya se esparcen con el viento
mis penurias
y mis males.
¡Llegó la primavera! ¡Vamos a cortar la floresta entera de mi alma para plantarla afuera!
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