Ardía por dentro de ganas de tenerte, de besarte, de yacer contigo bajo un manto de estrellas ardientes y benévolas... sólo conseguí quemarme por dentro, porque no eres para mí. Ardía por dentro de ganas de hablarte, de decirte lo que enciendes dentro de mí... los rincones que iluminas dentro de mí. Me consumo por dentro, sé que no podremos arder juntos, crear una llama única, purpúrea, resplandeciente, magna. El corazón puede estar desmenuzándose en cenizas, pero no va a renacer como fénix fulgente; no va a renacer porque no eres para mí. Tú sólo puedes darme fuego, pero no puedes darme calor. Y adentro de mí ya hay suficientes llamas, ya hay suficientes incendios; adentro de mí hay un infierno, pero todavía tengo frío. No vas a dejar que me guarezca junto a tu cálida hoguera... Sé que sólo alimentaras mis fuegos fatuos, esos que llevan atormentándome desde el primer día que te vi.
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