Entre los exploradores de junglas más famosos, siempre se tuvo en excelente estima a aquel que consiguió adentrarse en la selva de Borneo para catalogar las más de cincuenta especies que en 1970 aún no se conocían.
Dicen que murió loco y borracho, pues encontraron su cuerpo entre botellas de ron vacías junto a un grupo de orangutanes.
En su diario de viaje se pudo leer ese día, en la última entrada, que había encontrado a una especie de primate nueva en la superficie de un arroyo.
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