miércoles, 23 de junio de 2010

Me pierdo en bucle, un remolino, un tornado de soledad. No creo que haya razón
alguna para levantarme cada mañana, si en cada mañana mi única compañera es la pena.
Siempre sucede lo mismo, siempre las mismas cosas, siempre desemboco en un mar de dolor.
Me rugen a la espalda los recuerdos del pasado... Y sé que hoy va a ser tan malo como ayer,
que mañana será tan triste como hoy. La grandiosidad ha caído ya, y la indiferencia,
es pasto para las llamas que me queman por dentro. El desdén conque mis pupilas barren
este mi entorno podrido justifica la dejadez de un corazón que quiere dejar de latir.
Y hace bien en quererlo, por dejar de ser un nido de males, de penas enjugadas en lágrimas,
pues toda mi alegría es en la noche cerrar los ojos y dejar de sentir.

1 comentario:

  1. Como bien has puesto en una entrada más reciente, sólo esperas que alguien te dé un poquito de cariño. ¿Has podido pensar que toda esa negrura es porque, en parte, no te han dado lo que tú has quedido? Yo creo que sí.

    Y es obvio.

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