viernes, 28 de febrero de 2014

Atlanta

El invierno está partiéndose la garganta. Sus pulmones viejos se están llenando de savia. Atlanta se acerca a la carrera otra vez. Queda solo una luna para que el invierno vuelva a ser asesinado.
No me sienta bien que el invierno derrame su sangre sobre mí cada año. Porque luego todo el fuego de los cielos cae sobre mí, y se abren capullos de flores de duda y de culpa que creí marchitas.
La primavera nunca ha sido mi amiga... Al menos al principio. Pero siempre acabo olvidando que mató al invierno... ¡sucia puta! Ahora estoy lejos de olvidar lo que estás a punto de hacer. Te veo corriendo como un guepardo hembra, ¡ojalá tu corazón podrido se parara como el de estos felinos luchadores, tras un exceso de carrera! Pero no va a pararse.

Con el puto deshielo de arqueología congelada me estoy hundiendo, zorra enferma. ¿Quieres que celebre tu venida, con carrozas y disfraces? ¡Lárgate de aquí! Quiero hundirme en mis mantas y seguir olvidando lo que el tiempo mató. ¿Quieres que rebusque en el basurero de la conciencia?
Tus pájaros cantores tampoco me traen dicha alguna, sus canciones hablan de futuros negros y podridos, Atlanta, ¡hija de mil demonios! Quieres clavarme en una cruz de piedra, y darme vinagre cuando tenga sed. Quieres resucitarme al tercer día para volver a clavarme en una cruz de piedra y darme a beber vinagre cuando tenga sed. Quieres resucitarme al tercer día, y luego volver a clavarme en una cruz de piedra, y llenar mi garganta de vinagre cuando tenga sed. Quieres resucitarme al tercer día. Quieres clavarme en una cruz, de piedra. Y darme vinagre cuando pida agua. Quieres resucitarme al tercer día para clavarme en una cruz de piedra y darme vinagre si estoy sediento. Quieres resucitarme al tercer día. Quieres clavarme en una cruz de piedra...

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