lunes, 23 de agosto de 2010

Preso en el desierto


Me canso de no tener pensamientos brillantes. De estar en blanco. Por dentro de mí, un desierto asolador me quema y me seca. Sus tierras son agrietadas y carentes de todo vestigio de agua. Es el lugar más seco, más inhóspito y más árido de todo el mundo, de toda la galaxia.

Pero su aire; tan asfixiante y tan reseco como el aliento del Sol, hacen que, debajo de toda esa tierra muerta; me sacuda, e, iracundo, sacuda conmigo el suelo, como un terremoto capaz de partir una cordillera por la mitad.

Las grietas del desierto se abren cada vez más, es el llanto de la tierra, mi llanto. Sale arenilla disparada en todas las direcciones posibles en este mundo extraño. Parece haber explosiones por todo ese mundo que permanece dormido; en ese infierno en el que yo estoy atrapado, mudo, atado.

Y de pronto una nube de polvo cubre todo. Se ha formado una enorme fisura, y vuelvo a estar en contacto con el exterior. El exterior también está muerto, también me agota. También me mata.

Con todas mis fuerzas, inhalo ese aire podrido y grito para invocar a la lluvia. El cielo me responde con un trueno.

2 comentarios:

  1. Te regalaré uno de esos palitos mágicos que encuentran agua ;)
    Encontrarás un pequeño riachuelo, ya lo verás.
    Un Beso enorme, corazón.

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