Me acogiste en tu buen lecho
de algas, rocas y angelotes.
Por tu piel, barcos y botes,
azul y sal trecho a trecho.
Yo sé de lo que te han hecho,
por oro horadan los zotes
rocas que seguro notes
en las venas de tu pecho.
Mi alma se la comió un buitre
y ahora el viento me separa
de tus besos de salitre.
Me salió esta historia cara
al pescarme tú en tu vitre
de las aguas que yo amara.
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