martes, 8 de mayo de 2012

Mi tiempo

El tiempo no sirve para mirarlo
en vitrinas de museo;
y tampoco vale de nada el tiempo regalado.

El tiempo es bronce, el que se usa sin miramientos;
el tiempo es plata, el que se usa con deleite;
el tiempo es oro, el que se saca de las minas obscuras.

Y la felicidad reside
en encontrarlo en las minas, dorado,
beber su plata blanca con deleite,
embriagado de placer, apurando el bronce sin miramientos:
como si fuera un regalo divino
que se observa colmado de oro y plata y bronce
en la vitrina de un museo
regio
mientras no corre
ni se escapa.


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